No cabe duda que nuestra especie está en manos de microorganismos que cada vez conocemos mejor pero aún no podemos controlar a nuestro antojo. Los dos años de pandemia que cumpliremos en pocas semanas son un buen ejemplo de la fragilidad de buena parte de las cosas que considerábamos inmutables en nuestras vidas. Esta lección la hemos sufrido como especie en más de una ocasión y con más crueldad en los países menos favorecidos. Un buen referente del pasado es el largo episodio de Peste que Europa sufrió a mediados del siglo XIV, que apareció, se propagó por buena parte del continente e hizo tambalearse prácticamente todas las estructuras culturales, laborales, sociales y religiosas de esa época.
La peste negra alcanzó su punto máximo en Europa entre los años 1347 y 1350 se encuentra entre las epidemias más devastadoras en la historia de la humanidad. Redujo la población entre un 30 y un 70 por ciento dependiendo de las zonas de expansión. Se necesitaron 80 años, y en algunas áreas más de 150 años, para que la población de Europa se recuperará.
Hoy sabemos que la epidemia de peste fue una zoonosis. Una enfermedad contagiosa que afecta tanto a animales como a personas, causada por la bacteria Yersinia pestis. Es una de las enfermedades bacterianas más agresivas y, con frecuencia, provoca la muerte de la persona afectada si no se instaura el tratamiento antibiótico adecuado.
Generalmente se transmite por picadura de pulgas infectadas procedentes de roedores que también padecen la enfermedad. Dependiendo de la diseminación del patógeno por el cuerpo, la peste tiene diferentes presentaciones: peste bubónica cuando tras la picadura de pulga afecta más directamente al sistema linfático, se originan bubones en ingles y axilas. Peste neumónica, si la transmisión tiene lugar por vía respiratoria y la afección se produce a ese nivel. Peste negra, cuando la enfermedad evoluciona produciendo el fallo del sistema circulatorio en las extremidades dando lugar a una necrosis característica. Peste septicémica , cuando la bacteria se desarrolla de forma generalizada en el torrente sanguíneo dando lugar a un fracaso generalizado de buena parte de los órganos.
La sintomatología que presentaba la peste en aquella época queda descrita por Bocaccio, en un pasaje del Decamerón referido específicamente al episodio de Peste en Florencia en el año 1348.
… los años habían llegado a los mil trescientos cuarenta y ocho (1348), cuando en la egregia ciudad de Florencia… sobrevino la mortífera peste…
…Pero no ocurría como en Oriente, donde el verter sangre de la nariz era signo de muerte inmediata, sino aquí, al empezar la enfermedad, salíanles a hembras y varones unas hinchazones en las ingles y los sobacos que a veces alcanzaban el tamaño de una manzana común…se las llamaba bubas…iban surgiendo por todas partes del cuerpo manchas negras o lívidas, surgían en brazos, piernas y demás partes…Afirma Boccaccio que tanto las bubas como las manchas y livideces…eran signo de muerte inmediata.
Bocaccio incluso nos habla de su origen geográfico y de su naturaleza divina:
…fue originada unos años atrás en partes de Oriente, donde arrebató innumerable cantidad de vidas, desde allí… prosiguió devastadora hacia el Occidente…
…La cual, por obra de cuerpos celestes o por nuestros inicuos actos, la justa ira de Dios envió sobre los mortales…
Nos describe también la inutilidad de los sistemas utilizados para evitar la epidemia:
…No valía ninguna previsión ni providencia humana… limpiar la ciudad…prohibir que ningún enfermo entrara en la población…dar muchos consejos para conservar la salud…hacer actos píos invocando a Dios, procesiones ordenadas y otras maneras…
Y ante la dramática situación que padece la población en aquella época, se atreve a desconfiar abiertamente de los médicos de la época cuando nos dice:
…Para curar tal enfermedad no servía el consejo de los médicos ni el mérito de medicina alguna…a causa de la ignorancia de los médicos (cuyo número, a parte del de los hombres de ciencia, habíase hecho grandísimo, entre hombres y mujeres carentes de todo conocimiento de Medicina)...eran raros los que se curaban, casi todos, al tercer día de la aparición de los antedichos signos morían…
El impacto de los diferentes episodios de Peste en la sociedad medieval fue dramático, con dos fases bien diferenciadas. El primer impacto se produce en plena actividad de la enfermedad, las tensiones de una muerte que no distinguía clases sociales, sexo, edad o profesión, la incomprensión de lo que estaba pasando, el desconocimiento de las razones y la falta de un camino claro para salir de esta situación generaron una crisis social sin precedentes.
La estrategia de prueba y error para intentar comprender lo que estaba pasando, sin conseguirlo, llevó a la población a la desesperación. Toda una estructura social que mantenía el modelo de vida se vino abajo. Herramientas que hasta ese momento daban cohesión a un modelo social como la fuerza de los señores, la fe de los creyentes, el sufrimiento para la expiación de los pecados de los penitentes, la oración de los religiosos, los remedios tradicionales de brujos y curanderos, el conocimiento médico más avanzado de la época, e incluso el sacrificio de personas de otros pueblos y culturas como chivos expiatorios (judíos, gitanos...) fracasaron en el control de la plaga.
Las muertes no se distribuyeron equitativamente por toda Europa y aunque las áreas rurales, por su dispersión, no fueron tan golpeadas como las zonas urbanas superpobladas, también se vieron afectadas y su actividad de producción de alimentos reducida en muchos casos a la mínima expresión.
Nadie en el siglo XIV consideraba que el control de ratas fuera una forma de evitar la plaga, y la gente comenzó a creer que solo la ira de Dios podía producir exhibiciones tan horribles. Las Creencias y práctica religiosas tampoco pudieron hacer frente al problema, tanto religiosos como seglares fallecían de la misma manera, generándose una importante desconfianza también hacia las autoridades religiosas. La impotencia de la población se tradujo en persecuciones de quien se consideraba responsable de lo que estaba ocurriendo, judíos, gitanos, leprosos o incluso las mujeres como herederas del pecado original sufrieron las consecuencias de la ignorancia.
Una vez superada la fase activa de la epidemia, se consolidaron cambios demográficos, religiosos, sociales y económicos que tuvieron profundos efectos en el curso de la historia europea. La mortalidad había sido tan alta que grandes zonas quedaron vacías de agricultores y escaseaba la mano de obra para la mayor parte de los oficios y tareas en las ciudades.
Para muchas de las personas supervivientes, el tiempo después de la epidemia se convirtió en un tiempo de esperanza, prosperidad y oportunidad: la tierra desatendida en el campo, el trabajo y los salarios elevados en las ciudades, el cambio en la relación de poder entre siervos y señores dio un vuelco por la necesidad de mano de obra de los segundos.
Algunos historiadores sostienen que las diferentes oleadas de peste después del estallido inicial de la Peste Negra tuvieron un efecto nivelador de la desigualdad económica al hacer menos ricos a los terratenientes y empleadores, al tiempo que mejoraba la situación de los trabajadores. Los estratos sociales que hasta ese momento se limitaban a obedecer, a servir, repentinamente se convirtieron en necesarios, como demostración de la interdependencia de lo que luego serían las clases sociales. Incluso las mujeres tuvieron una cierta mejoría en sus condiciones después de la epidemia, se les permitió poseer y cultivar tierras, dirigir negocios o una mayor libertad en escoger a su pareja.
La medicina tradicional comenzó a cambiar lentamente durante la generación posterior abriéndose a nuevas ideas, a dejar a un lado las teorías tradicionales y abordar los problemas médicos a través del análisis de las situaciones reales y el estudio directo del cuerpo humano.
El Arte centró en representar "la danza de la muerte" (Danse Macabre) una representación de la muerte eligiendo víctimas al azar y llamando a la gente de todos los estratos sociales a caminar hacia la muerte con ella. La literatura se volvió morbosa, pesimista, recreándose igual que la pintura en la muerte que tan presenta había estado durante los peores momentos de la epidemia.
Danse Macabre de la Crónica de Nuremberg (1493)
Esta visión pesimista del mundo terminó con el Renacimiento, la modernidad que quería olvidar los años oscuros de la Edad Media, un nuevo orden social, nueva distribución de Europa en estados, el crecimiento de la burguesía que acabó definitivamente con los estamentos feudales, nuevas formas de pensamiento en las que el humanismo cobraba protagonismo frente al teocentrismo de la época que tras la peste iba quedando atrás.
Algunos enlaces de interés
iruzkinik ez:
Argitaratu iruzkina