2021(e)ko apirilaren 5(a), astelehena

 “En la Tierra, somos más de la Luna, muy a pesar de Marte”


Después de un módulo muy interesante y denso en cuanto las referencias literarias de cada clase, he optado para esta tarea por algo más ligero aunque, desde mi punto de vista, también interesante. Se trata de analizar brevemente, los comics de Hergé (1907-1983) Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna, de la colección de Aventuras de Tintín. 


Ambas historias se publicaron por entregas entre el 30 de marzo de 1950 y el 30 de diciembre de 1953, pero por su temática y por el tratamiento que daba a temas científicos, y también podríamos decir que políticos, ambos volúmenes se convirtieron en una referencia para lectores de todas las edades. Años después se realizó también una versión en cine animado.


Visto desde hoy, cuando parece que la Luna ha dejado de ser un objetivo prioritario y se centran los esfuerzos espaciales no solo en viajar a Marte sino en establecer una colonia en ese planeta, la obra de Hergé cuenta una historia adelantada a una época, relata unas aventuras que casi podemos decir describieron premonitoriamente lo que casi dos décadas después conseguiría el Apolo 11 el 21 de julio de 1969

La Luna en la literatura


Los viajes a la Luna han estado presentes en la literatura mucho antes de lo que pensamos, incluso unos cuantos siglos antes de que Neil Amstrong y Buzz Aldrin llegaran a la Luna.

A la vista de los datos que aporta el interesante artículo e Xabier Durán “Viajes Literarios a la Luna”, podemos percibir el interés de la humanidad por nuestro satélite. Siempre ha estado ahí, para hacernos soñar, como objeto de nuestros deseos, como lugar de misterios o como hipotético futuro asentamiento humano.

Según nos cuenta Xabier Durán, en “Las maravillas más allá de Tule”, una obra escrita entre los siglos II d. C. y III d. C. por Antonio Diógenes ya se describe un breve viaje mágico a la Luna. También el griego Luciano de Samósata (c. 125 – c. 192) en su Historia verdadera, escrita en el año 160, llega a la Luna en un barco con cincuenta remeros, arrastrado el viento. Dante (1265-1321) describe en “La divina comedia” como el poeta y Beatriz llegan al satélite utilizando el simple vuelo. Posteriormente Ludovico Ariosto (1474-1533) publicó en 1516 el poema épico “Orlando furioso”, en el que el protagonista, enloquecido de amor, llega a la Luna en el carro de fuego del profeta Elías. En Somnium el propio Kepler sueña que lee un libro que habla de un joven islandés llamado Duracotus llega, por invocación al diablo, hasta la isla de Levania, nombre de lo que en la Tierra se conoce como Luna. 

En 1638 Francis Godwin (1562-1633), Obispo de Hereford, pública “El hombre de la Luna o descripción del viaje allí de Domingo González, el mensajero veloz”, en la que el protagonista diseña una máquina tirada por 25 gansos que lo llevará a nuestro satélite. El mismo año 1638 aparece una obra que estudia, desde un punto de vista totalmente científico, un posible viaje a la Luna. Se trata de “El descubrimiento de un mundo en la Luna”, de John Wilkins (1614-1672).  No acabaría el siglo XVII sin otro viaje a la Luna. Es el que narró el francés Savinien Cyrano de Bergerac (1619-1655) en “El otro mundo o los Estados e imperios de la Luna”. El modo de viajar en esta ocasión es todavía más inverosímil: impulsado por unos cohetes y con el cuerpo untado con tuétano de buey.

En 1835 el escritor norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849) publicó “La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall”. El protagonista viaja con un globo y durante el trayecto puede respirar gracias a un invento que transforma el vacío en aire. Verne en 1865 publica “De la Tierra a la Luna” y en 1869 “Alrededor de la Luna” obras en las que describe con la mayor precisión técnica posible para el momento el viaje hacia la luna y las observaciones realizadas al orbitar alrededor de ella antes de volver a la Tierrra. 

Herbert George Wells (1866-1946) publica en 1901 “Los primeros hombres en la Luna”. El viaje se hace gracias a una sustancia descubierta por el químico Cavor, que anula la fuerza de la gravedad y así permite que un objeto se eleve. El ruso Konstantín Tsiolkovski (1857-1935). Fue, pues, uno de los pioneros de la astronáutica y publica “A la Luna”(1893) y “Más allá del planeta Tierra”(1917) 

Es evidente el interés de los viajes a la Luna en la literatura y Hergé ha sido el escritor más cercano a la consecución real de este hito. Para ello se documentó de forma muy importante y utilizó el comic como medio de expresión. Dividió su narración en dos partes muy significativas desde el punto de vista científico: una primera parte de investigación, preparación y despegue y un segundo volumen de alunizaje, descripción del paisaje lunar y regreso a la Tierra.

Además utiliza como hilo conductor otras cuestiones sociales de la época en la Europa que se recuperaba de sus cenizas, justo después de la segunda Guerra Mundial. La aventura se desarrolla un país imaginario llamado Syldavia que podría interpretarse como una de las zonas de desestabilización en Europa, en plena Guerra Fría.
 
Sus historias, aunque leídas a cualquier edad, creo que están dirigidas a jóvenes y adultos. Son historias de espionaje y contraespionaje que genera violencia explícita, de héroes y villanos en las que el "mal" tiene consecuencias nefastas. Además, la temática científica se expone en cierta manera simplificada pero con una gran cantidad de detalles para el formato (cómic) en el que narra la aventura espacial.


Objetivo la Luna: primera parte de la aventura






Uno de los objetivos de la misión era fotografiar la cara oculta de la luna y preparar la tecnología para un viaje tripulado. El volumen describe la fase de pruebas con tecnología experimental y finaliza con el lanzamiento exitoso del cohete lunar y todo el equipo de protagonistas viajando hacia la Luna.

Hergé organiza un peculiar grupo de astronautas, además de Tintín y su inseparable Milú, el Capitán Haddock, los hermanos Hernández y Fernández son acompañados por un grupo de técnicos especialistas del programa espacial liderados por su amigo el Profesor Silvestre Tornasol.

 
La historia transcurre en el Centro de Investigación Atómica Sprodj, un centro secreto de investigación de máxima seguridad, entre montañas, oculto a las miradas de terceras personas, que sin duda refleja el ambiente de secretismo de la posguerra y la Gran Ciencia dirigida por gobiernos en una carrera por obtener la supremacía científica (en este caso el liderazgo espacial). No faltan en este escenario la intriga y las referencias bélicas a una guerra recién finalizada: ataques aéreos, defensas antiaéreas, espías en paracaídas y el robo de información secreta.

Científicamente el ambiente de este primer cómic aporta muchos detalles sobre ciencia y tecnología, la propia infraestructura en la que se desarrolla el proyecto está cargada de detalles de ingeniería. Se describen también las pruebas que deben realizar los futuros astronautas con todo el equipamiento, los trajes, la tecnología espacial. Aparecen rayos X, telescopios, radares, los cohetes con motor de reacción nuclear y herramientas que permiten controlarlos a distancia y destruirlos si fuera necesario. Del propio cohete se muestra una estructura distribuida en varios niveles, con un puesto de pilotaje, cuadro de mando, pantallas de visualización y compartimentos estancos. 

Los personajes hacen referencia a nociones interesantes sobre ciencia: el peso en la luna menor que en la tierra, comprobaciones de vacío, descenso de temperatura a -50ºC, trabajo en micro gravedad, pilotaje automático o las primeras imágenes de la tierra vista desde el espacio.

Queda bien reflejada la tensión del despegue, con la cuenta atrás, la pérdida de conocimiento de la tripulación a causa de la fuerza de la gravedad y finalmente la alegría del centro de control una vez se confirma que todo va bien en la nave. Resulta verdaderamente impresionante lo acertado de estas descripciones con la realidad de lo que ocurriría en años posteriores.


En el libro Aterrizaje en la Luna, la segunda parte de la aventura




El viaje marcha según lo previsto, pero pronto comienzan las complicaciones. Surge el problema de suministro de Oxígeno cuando encuentran a los Hernández y Fernández dentro de la nave. Aparece el asteroide Adonis que curiosamente es muy similar al objeto interestelar Oumuamua muy reciente en nuestra memoria. 





Hergé juega con el concepto de gravedad y lo riesgos de un viaje espacial durante una buena parte de las viñetas: la vida en microgravedad dentro de la nave, zapatos de suela magnética para no flotar en ausencia de gravedad, el viaje del capitán y Tintín fuera de la nave, atracción al acercarse a la órbita del asteroide, el riesgo de perderse en el espacio.

Aparece un segundo momento de tensión durante la difícil maniobra de alunizaje, con un cohete que curiosamente tiene un gran parecido con los actuales cohetes. La salida del cohete y la visión de desolador paisaje lunar y los solemnes primeros pasos de un hombre (y un perro) sobre la luna recuerdan tanto a las imágenes de Neil Amstrong que es como si los acontecimientos hubieran ocurrido al revés. 

El trabajo en la luna también tiene grandes semejanzas con la exploración del terreno que se realizó posteriormente, aunque en el caso de Hergé el “rover Lunar” es un tanque de aspecto bélico.

La fase de despegue para volver a la tierra vuelve a describir los problemas reales en los viajes espaciales, la angustia del fallo en el despegue o el drama de quedarse abandonados en la luna, aderezados con la trama paralela de espionaje

De nuevo el suministro de oxígeno es vital y su control para que sea suficiente en el viaje de vuelta se resuelve con un drama, la muerte de uno de los espías y el arrepentimiento y sacrificio voluntario (¿suicidio?) del otro con el fin de que hubiera mayor cantidad de oxígeno para el resto. Finalmente nuevos momentos de tensión cuando parece que el cohete se desvía de su trayectoria aunque, en el límite de la resistencia de los  tripulantes, la misión acaba con éxito.


Conclusión

 

No cabe duda que Hergé se documentó perfectamente sobre lo que suponía un viaje a la Luna. Su historia no se trataba de ciencia-ficción con referencias a seres de otros mundos o elementos extraterrestres imaginados. Es más bien un adelanto científico a lo que estaba por venir basado en los conocimientos de los proyectos que ya existían en la época de redacción de su historia.De alguna manera se trata de dos volúmenes de divulgación científica para jóvenes, con la informalidad que le permitían sus personajes y sus aventuras anteriores. 
 
El paralelismo de la historia con lo que ocurrió casi 20 años después es evidente. Incluso con la actualidad de la carrera espacial: cohetes experimentales como los de Musk, Bezos o Branson. Impulso de gobiernos como EEUU, UE, China India. La diferencia es el peso de los protagonistas. Hoy en día las iniciativas privadas casi podríamos decir que le han tomado la delantera a los esfuerzos gubernamentales. 

Desde el punto de vista de la filosofía también aparecen aspectos interesantes, como el secretismo de la Gran Ciencia o la puesta en valor el éxito del trabajo científico y la importancia de la colaboración y el trabajo del grupo. También es un aspecto para la reflexión pensar que algunas cuestiones que en su momento escribió Hergé hoy en día estarían sujetas a una crítica social importante: las viñetas sobre alcoholismo explícito del Capitán Haddock, el asesinato del espía y el suicidio de su cómplice en publicaciones inicialmente dirigidas a la juventud y como no, la ausencia total de la mujer como parte de la historia seguramente haría muy difícil su publicación en los mismos términos.

¿Qué aventuras correrían Tintín, Haddock y Tornasol en esta época?¿ Viajarían a Marte? ¿Son los viajes espaciales una huida del desastre? ¿Está la carrera espacial en manos de de las mega fortunas (Musk, Bezzos, Branson...) para su propio beneficio o en manos de los gobiernos para el beneficio de la humanidad?


Referencias

https://elpais.com/elpais/2018/12/03/eps/1543858380_455176.html
https://elpais.com/elpais/2019/07/16/eps/1563292655_948592.html?rel=str_articulo#1617520797575
https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20190109/454043396098/tintin-objetivo-luna-cohete-herge.html
https://metode.es/revistas-metode/article-revistes/viajes-literarios-a-la-luna.html


2021(e)ko apirilaren 3(a), larunbata

 Ecología y desastres ecológicos 

“Silent Spring” revisited: qué poco hemos cambiado!!!

En 2022 se cumplirán 60 años de la publicación del libro de Rachel Carson “Una primavera silenciosa” (“Silent Spring”). Un trabajo que se puede analizar desde diferentes puntos de vista: científico, filosófico, literario y que se convirtió en un éxito del momento y en un clásico de la literatura medioambiental. 




Rachel Carson (1907-1964) nació en Springdale, Pensilvania, vivió en la granja de su familia, de unas 26 hectáreas, donde desde muy joven estuvo en contacto con a la naturaleza. 



El contenido de “Silent Spring” se centra en los efectos perjudiciales sobre el medio ambiente de los productos químicos utilizados de forma masiva como pesticidas. El inicio de su estudio lo desencadenó el uso del DDT (“el elixir de la muerte”) como insecticida, pero su trabajo es un recorrido por una buena parte de los productos químicos utilizados en los años de la posguerra y su impacto en cada uno de los elementos de nuestro entorno: fauna, flora, aguas, suelo, seres humanos. Esta denuncia ponía encima de la mesa una crítica abierta hacia la ponente industria química surgida después de la Segunda Guerra Mundial. Su obra también es relevante mirada filosófica sobre las razones del ser humano en el pasado el presente y el futuro de nuestra vida en el planeta. 


Muchos científicos calificaron su trabajo de falto de rigor e irreal. Incluso se planteó como argumento en su contra la disyuntiva sobre las consecuencias de no utilizar DDT y otros insecticidas para luchar contra la malaria, enfermedades en animales de granja o daños en la agricultura. 


La gran industria química y el Departamento de Agricultura americano, utilizaron todas sus armas para atacar a la escritora y su trabajo. Sin embargo, el apoyo que recibió de otros segmentos de la sociedad del momento consiguió un cambio total en la conciencia ecológica de la sociedad de la época y de muchas generaciones posteriores, aunque tal vez el hecho más conocido fue la prohibición del uso indiscriminado del DDT por la legislación americana. 


Lo cierto es que, a pesar de las críticas, y amenazas incluso contra su propia persona, Rachel Carson no abogaba en su momento por la prohibición del uso de pesticidas, sino por un uso racional de estos productos químicos. Denunciaba su impacto sobre el medio ambiente desde una perspectiva que hoy llamaríamos holística: denunció los efectos adversos sobre las personas que manipulaban estos productos, sobre las personas que los recibían de forma directa o indirecta, las consecuencias de su incorporación en la cadena trófica, su inutilidad a medio o largo plazo por la producción de resistencias en los insectos contra los que se quería luchar, la baja o nula especificidad de su efecto tóxico, etc. 


Contribuyó, en definitiva, a generar una visión del medio ambiente como “sistema”, poniendo el foco en las inter-relaciones, influencias y dependencias que existen entre los diferentes componentes. Contribuyó a promover políticas y conductas para preservar el medio ambiente como un “eco-sistema integral” y además con la participación comprometida y activa de la sociedad americana del momento. Por supuesto, y no menos importante, también fue una pieza fundamental para el desarrollo del movimiento filosófico y político que hoy llamamos ecologismo y aportó un nuevo punto de partida para reflexionar sobre el lugar que ocupa nuestra especie en este planeta.


Para conocer mejor el impacto de “Silent Spring” es muy interesante conocer de primera mano la sociedad de la época. A través de un documental realizado en el momento de la publicación del libro podemos reconocer aspectos de discusión que aún no hemos resuelto como sociedad y como especie.


https://youtu.be/7gaBczHKtWo


Lo interesante del documental es que no recoge la interpretación actual de Silent Spring, sino el impacto real que tuvo en su época. Recoge declaraciones públicas de la propia autora, del gobierno, de la industria química. A lo largo del mismo tenemos ejemplos claros de cuestiones que actualmente están en boga, la posverdad, la lucha de las grandes corporaciones contra la evidencia, las noticias falsas. Resulta un buen ejemplo de cómo se utilizaron valores epistémicos y no epistémicos en la lucha de poderes que se desencadenó antes, durante y después de la publicación del libro. 

 

¿Pero que hemos aprendido desde entonces?


Desde el punto de vista literario, durante estos 60 años se han publicado grandes obras sobre ecología, biodiversidad, medio ambiente, ecologismo. Desde un punto de vista científico conocemos mucho mejor algunas cuestiones de las que Rachel Carson apuntaba en su obra. Desde un punto de vista filosófico tenemos una mayor conciencia de nuestro impacto sobre la vida y sobre el planeta. 


Desafortunadamente, desde un punto de vista práctico en estos 60 años hemos seguido maltratando el mundo en que vivimos y nuestro modelo de desarrollo continúa esquilmado lo que nos sustenta. El impacto ecológico es mayor en los países más desfavorecidos e incluso quienes más medios tienen, la parte “hiper-rica” de la sociedad, parece que asumen el desastre inminente y se prepara para abandonar el barco. ¿Habrá insectos en Marte?


Como decía al principio, ¡¡qué poco hemos cambiado!!