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Ciencia, Tecnología y Sociedad_Tarea 2

 Latour, B. (2017) "Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio
climático alejada de las posiciones apocalípticas"


¿A qué se refiere Latour con la expresión “el fin de la naturaleza”?

 

Bruno Latour plantea, como el subtítulo del propio libro, “una mirada sobre el cambio climático alejada de posiciones apocalípticas”. Y aunque sus posiciones no sean esto último, no dejan de ser complejas y repletas de matices filosóficos que no siempre son sencillos de interpretar. Entre otras muchas cosas, reflexiona sobre el concepto “Naturaleza” abordándolo desde un punto de vista diferente al que hemos conocido desde Galileo hasta la modernidad.


Actualmente nuestra especie se encuentra en una situación de desamparo con este cambio de concepto, la naturaleza ya no es el lugar de descanso, de sosiego, el lugar protector donde nos refugiábamos ante las adversidades, resulta que ahora ese refugio se ha vuelto inestable e inseguro. La naturaleza como la conocíamos, junto a todos sus elementos inmersos en tierra, mar o aire, han dejado de ser un lugar acogedor (o atemorizante según la época y el contexto), para convertirse en un actor activo, con estados de ánimo diferentes en su relación con la especie humana. Ninguna de las naturalezas que teníamos en mente hasta ahora, ni la apocalíptica de Mad Max ni la idealizada del Buen Salvaje, sirven para explicar nuestro actual vínculo con ella y la imprevisibilidad que nos muestra en los últimos tiempos.


Según Latour, en la concepción occidental moderna ser natural se asemejaba a ser objeto, ser “puro animal” acultural y eso era inaceptable. Ha sido imposible concebir nuestra especie como “natural”, aceptar eso sería rebajarnos por debajo de nuestras expectativas y no estábamos dispuestos a ello. Hemos considerado una naturaleza estática, sufriente, servicial, no humana, no animada, que ha recibido sin inmutarse el impacto del crecimiento desmesurado de una especie que habita el mundo de forma activa e invasiva, que lo convierte en cultura, en sociedad, en civilización, pero siempre considerando a la naturaleza “lo otro”.


La crisis ecológica nos hace repensar la situación, como dice Latour, nos pone “cara a cara con el planeta”, el modernismo frente al ecologismo, el equivocado binomio naturaleza/cultura frente al concepto único Gaia, al que Latour se acerca a lo largo de su obra. Durante mucho tiempo hemos querido creer en la existencia diferenciada de los dos miembros de una ecuación que en realidad no existe.


Hablar de “Naturaleza/cultura” o humano/no humano, plantea Latour, que no deja de ser un “recurso estilístico para desanimar a los protagonistas materiales privándolos de su actividad y sobreanimar a algunos otros llamados humanos, confiándoles unas admirables capacidades de acción: libertad, conciencia, reflexividad, sentido moral y demás” Sin duda esto no deja de ser parte del problema, inanimar/desanimar la naturaleza no deja de alejarla de la relación con lo humano, del vínculo que realmente une nuestros destinos.


Es “el fin de la naturaleza”, la naturaleza moderna ya no existe, nos ha dado la espalda, sólo existe un concepto posmoderno de un sistema que sí reacciona, que siguiendo la hipótesis Gaia de Lovelock, ya no podemos entender como cosas distintas, el concepto es uno y como tal es necesario actuar. Latour propone en su reflexión sustituir el término Naturaleza/Cultura por otro término que sin lugar a duda englobe a ambos: “Mundo” o “Hacer mundo”, de esta manera quedarían incluido “los qués” y “los cómos” pero no formando un universo sino como parte de un pluriverso, con un comportamiento único.


Tal vez más que un comportamiento es un proceso contingente en el que ninguno de sus elementos prevalece, no es especie humana versus naturaleza ni naturaleza versus especie humana, el proceso es un conjunto no unificado de agentes con un mismo destino que se va conformando a partir de hechos contingentes, dando lugar a una geohistoria en la que el mundo está embarcado, todo lo que hay en el mundo, en Gaia, incluso la naturaleza o nuestra especie. En este juego de interacciones en la que los seres animados o inanimados están implicados, la especie humana ha jugado su partida y nos ha llevado al Antropoceno.

 

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