Para este primer ejercicio Clara nos pide elaborar una breve noticia a partir del análisis de una tabla estadística de la interesante colección del Instituto Nacional de Estadística ( INE ).
Pues mi elección ha sido analizar la estadística de defunciones por causa de muerte del año 2020 para ver si realmente los datos confirman el incremento de la mortalidad asociada al COVID-19 en el primer año de pandemia. Esta estadística nos da información epidemiológicamente muy rica, como la causa básica del fallecimiento, el sexo, la edad, el lugar de residencia o la fecha del fallecimiento. Es un información clave que ayuda a tomar importantes decisiones en Salud Pública.
Pocas personas conocen que los datos sobre causas de muerte se recogen de los Certificados Médicos de Defunción, del Boletín Estadístico de Defunción Judicial, del Boletín Estadístico de Parto o incluso de las propias comunicaciones directas desde los Institutos de Medicina Legal y Forense a los registros de Mortalidad. Lo cierto es que los resultados sufren variaciones a lo largo de un tiempo una vez finalizado el año de análisis, puesto que requieren un trabajo importante desde los Registros de Mortalidad de todas las Comunidades Autónomas para depurar y consolidar datos que inicialmente pueden ser confusos.
Aunque actualmente toda es cargada y analizada en potentes sistemas informáticos, se producen incidencias que es necesario depurar con tiempo suficiente: un parte de defunción incorrectamente cumplimentado, un diagnóstico mal clasificado según la Clasificación Internacional de enfermedades (CIE) de la OMS, un fallecimiento en el extranjero o un retraso en la entrega de la información suponen actualizaciones de estas estadísticas hasta que que llegan a consolidarse.
Aunque el drama personal y familiar de la muerte, de la pérdida de un ser querido, aún más en las condiciones de soledad en las que en muchas ocasiones se ha producido durante la pandemia, no es menos cierto que los datos estadísticos deben prescindir de las emociones para que sean precisos y así, por ejemplo, un ejemplo muy polémico durante esta pandemia se ha centrado en la elección de una simple preposición a la hora de certificar un fallecimiento. Ya sabemos lo diferente que es considerar un fallecimiento "por COVID" o un fallecimiento "con COVID".
Durante la primera parte de la pandemia estas cuestiones no llegaron a entenderse y no fueron pocos lo medios de comunicación que utilizaron las actualizaciones de la estadística de mortalidad para difundir el rumor de la existencia de datos ocultos o manipulados.
En el caso que nos ocupa, los datos corresponden al año 2020 con la última actualización realizada el 10 de noviembre de 2021 a las 13:30 horas.
Uno de los datos más noticiables que nos aporta esta gráfica es el incremento evidente de la mortalidad total con respecto al año 2019. Hemos pasado de unos niveles que se situaban por debajo del 430.00 fallecimientos a caso 500.000 en el año 2020.
Viendo la tendencia de la gráfica en la serie de datos desde el 2008, con periodos estables o ligeramente ascendentes, no cabe duda que quienquiera que la vea llegará a la conclusión que ese año algo diferente ha ocurrido. Se produce un incremento de algo más de 75.000 fallecidos en 2020 con respecto al año anterior. Esta es un cifra muy cercana a los 60.358 fallecido por COVID-19 con virus identificado y seguramente se ajustaría más si sumamos los fallecidos por sospecha de COVID. Curiosamente, estas dos situaciones no fueron codificadas por la OMS dentro de su CIE hasta marzo de 2020.
Por otro lado, si nos fijamos en la distribución de la mortalidad por sexos, vemos que en las mujeres se ha incrementado en un porcentaje superior al de los hombres y, aplicando un poco de perspectiva de género, tendremos que pensar si ese incremento porcentual está simplemente asociado al número de mujeres fallecidas por COVID o tal vez hayan influidos otras causas asociadas al género.
En este sentido, este misma tabla nos muestra que las muertes por cáncer de bronquios y pulmón han disminuido casi un 2% en los hombres con respecto al año anterior y se han incrementado un 4,4% en el caso de las mujeres. Sería interesante investigar las causas de esta diferencia.
Si tienes interés en conocer con mayor detalle lo que ocurrió con la mortalidad en 2020 puedes acceder a la nota de prensa del INE que recoge el análisis de las variaciones más significativas de la causas de mortalidad. Será interesante comparar estos datos con los que se publiquen en breve correspondientes al 2022
Por cierto, merece la pena echar un vistazo (o incluso leerlo en una sentada) al libro de Joaquín Sevilla que Clara nos recomienda: Gramática de las Gráficas. Pistas para mejorar las representaciones de datos.
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